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Los cristianos coptos: Veinte siglos de fidelidad y persecución. La historia de los descendientes de los faraones de Egipto

Al visitar Egipto del 24 al 26 de  febrero, Juan Pablo II hará un homenaje público a la fidelidad de la  comunidad cristiana de ese país, en buena parte de rito copto, que se ha  mantenido fiel al Evangelio desde los primeros años del cristianismo a  pesar de haber vivido durante siglos bajo dominación árabe.

 Los cristianos coptos de Egipto fueron noticia por última vez el 1 y el 2 de enero pasado, cuando en la aldea de Kosheh, en el alto Egipto, tuvieron  lugar violentos enfrentamientos provocados por musulmanes que acabaron  asesinando a veinte personas, mientras que otras 33 resultaron heridas.

  Más de trece siglos de dominación árabe

 Los coptos viven entre Egipto y Etiopía. Se trata de una comunidad que ha mantenido la fe en medio de todo tipo de vicisitudes desde que sufrieran la invasión árabe en el año 640. Precisamente la fidelidad de los componentes de la etnia copta al culto cristiano ha determinado el que hoy en día se les pueda considerar como los descendientes racialmente más puros de los primitivos habitantes del antiguo Egipto. Su lengua permitió descifrar los jeroglíficos egipcios.

 El rito religioso copto es uno de los dieciocho que se agrupan en el seno de la Iglesia católica. Cada una de las Iglesias particulares que practican estos ritos se caracterizan por poseer una jerarquía propia y por las diferencias que presentan en cuestiones litúrgicas, como consecuencia de sus herencias espirituales también distintas, si bien todas ellas prestan obediencia a la autoridad del Papa. 

 Hijos de san Marcos

 Según la tradición, la primitiva Iglesia copta fue fundada por el mismo apóstol san Marcos que llevó la predicación de la fe cristiana hasta Egipto. Las persecuciones promovidas por los emperadores romanos llegaron en oleadas intermitentes, hasta que, ya bajo el imperio de Diocleciano, un gran número coptos fueron sacrificados. De esta época data el establecimiento de un calendario propio, denominado «calendario de los mártires», que rige desde entonces para el cómputo del tiempo dentro de la Iglesia copta. Según este calendario, el año 284 sería considerado como «1 Anno Martyri».

 La división

 Los cristianos coptos se agruparon en un principio bajo la autoridad del Patriarca de Alejandría. Sin embargo, en el seno de la Iglesia copta tuvo lugar una división tras la celebración del concilio de Calcedonia, en el año 451. Tras este concilio la primitiva comunidad copta se escindió en dos: la facción jacobita, bajo la cual se agruparon los coptos disidentes que decidieron adherirse a la herejía del monofisismo (creencia en la naturaleza exclusivamente humana de la figura de Cristo, en lugar de considerar, como mantenía la ortodoxia eclesiástica, que en Cristo convivían dos naturalezas: la humana y la divina) y la facción melquita, cuyos componentes permanecieron fieles a la doctrina teológica defendida por el Concilio.

 Hoy en día la Iglesia copta se caracteriza más por su adhesión y atención constante a la Sagrada Escritura que por estas disquisiciones teológicas a propósito del monofisismo que parecen haber tenido más que ver con los problemas políticos de la época. A lo largo de la historia, especialmente en los últimos dos siglos, han tenido lugar diversos intentos de restablecer la unidad entre las Iglesias cristianas presentes en Egipto, si bien estos intentos no han llegado a dar fruto. Hoy en día existen veinticuatro diócesis jacobitas bajo las que se agrupan alrededor de tres millones y medio de fieles coptos ortodoxos. Las comunidades coptas católicas son menos numerosas que las ortodoxas, pues agrupan tan sólo a unos ochenta y cinco mil fieles.