Las tres mujeres  de las que habla este pasaje del Evangelio fueron: María Magdalena, María la de Santiago y Salomé.

Es fácil adivinar que estas mujeres eran del grupo que servia a Jesús y acompañaban ala Virgen María. Es de suponer que se encontraban junto a la Virgen al pie de la cruz. También debieron ver el lugar donde Jesús era enterrado. Cuando descendieron a Jesús de la Cruz no les dio tiempo de ungir el cuerpo muerto de Jesús, como era costumbre entre los judíos, y por eso volvían el domingo muy de mañana.

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