El profeta Malaquías

 

La personalidad del profeta Malaquías está bien definida y la época en que predicó puede establecerse con bastante seguridad, aunque se conozca bien poco de la vida del autor. Se sabe que fue un auténtico profeta, como lo atestiguan sus oráculos. Debió de actuar en público y sin duda encontró bastante oposición entre sus oyentes, como aparece por la forma de debate de su escrito y por ciertos indicios de métrica. Es seguro que predicó después del 515 a. C., fecha de la dedicación del segundo Templo, y con toda probabilidad antes de la reforma de Esdras. Como fecha aproximada puede ponerse el lapso de tiempo que corre entre los a. 450 y 445.

Desde el punto de vista literario, el libro de Malaquías presenta rasgos muy originales. Su característica más destacada es el empleo del diálogo, que da al estilo una viveza y movimiento desacostumbrados en los profetas. El género literario predominante en el libro es la controversia. Seis trozos por lo menos están construidos según este modelo literario: Yahwéh, o el profeta, hacen una afirmación; los oyentes no la aceptan o si la aceptan oponen una serie de reparos; el profeta refuta estas objeciones, lanzando al mismo tiempo acusaciones y amenazas a los interlocutores, o prometiéndoles algo en nombre de Dios.

 

La obra consta de una introducción: Amor de Dios a Israel, que intenta probar la fidelidad de Dios a sus promesas contra los que dudan o desconfían de ella; de dos apéndices, uno sobre la práctica de la Ley mosaica y otro sobre la vuelta de Elías como precursor del juicio escatológico, y tres partes: 1) Violación de los derechos del santuario. El profeta acusa a los sacerdotes por el culto indigno que ofrecen al Señor, les habla de la oblación pura, de la contaminación de la mesa de Yahwéh y les conmina con la pena que Dios les tiene reservada si no se arrepienten. 2) Violación del pacto de los padres. El profeta increpa a los judíos por haber tomado mujeres extranjeras y por la facilidad con que acuden al divorcio. 3) Incredulidad del pueblo: Yahwéh no vendrá como juez hasta que un mensajero purifique el sacerdocio y el Templo; las catástrofes nacionales, como la plaga de langosta y las malas cosechas, no acabarán hasta que los diezmos no se paguen con regularidad; el día del juicio los justos serán premiados y los impíos castigados.

El libro de Malaquías recoge y desarrolla una serie de temas que constituyen el fondo común de la literatura profética. He aquí los principales: Dios ha elegido a Israel entre todas las Naciones de la tierra; el culto externo debe ir acompañado de las disposiciones interiores del alma; los sacerdotes son responsables ante Dios de las desviaciones del pueblo; el «día de Yahwéh» será día de castigo para los malos y de premio para los buenos; infidelidad constante del pueblo elegido a las amonestaciones divinas y a la predicación de los profetas; preocupación por la conversión de los judíos pecadores.

La predicación de Malaquías persigue fundamentalmente un doble fin; dar una explicación de por qué se ha retrasado la venida del reino mesiánico y volver a despertar la confianza en el Dios de la Alianza.

 

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