Dpto. Religión
4º ESO
Curso 2006/07 |
AÑOS 98 - 117 / TRAJANO, EMPERADOR |
Andoni Andueza
Diego Mazarrasa |
Esquema del trabajo: Breve biografía -
Campañas
militares - El gobierno del
Imperio - Política
de construcciones -
Trajano y los cristianos y
Bibliografía.
Emperador Trajano
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Breve
biografía
Trajano (Marcus Ulpius Traianus), emperador romano, nacido en
53 d C. en la ciudad de Itálica y perteneciente a la más rica y
próspera provincia de la Hispania romana, la Baetica. Contrajo
matrimonio con Ulpia Plotina, aunque no tuvieron hijos.
Durante el mandato de Nerva era gobernador de Germania Superior. Nerva
le adoptó en su ausencia y le hizo participar en su gobierno.
Durante su mandato se conquistaron nuevos territorios para el Imperio.
Desarrollo una política de infraestructuras muy interesante, tanto en
Roma como en otras zonas del Imperio. Por ejemplo, mientras se
encontraba cerca de las fronteras del Rin y del Danubio, mejoró la red
de carreteras entre Mogontiacum y Augusta Vindelicorum. Además inició
la construcción de un limes para asegurar los Campos Decumanos
(tierras germanas en el lado derecho del Rin), que habían sido ganadas
para el Imperio bajo Domiciano.
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Campañas militares
Las guerras contra los Dacios
En 101 y 106, Trajano combatió a los dacios, un pueblo que vivía en la
actual Rumania, cuyo líder era Decébalo. Los romanos tomaron la
capital de Dacia, y anexionaron el territorio como provincia del imperio. Estas
guerras se reflejan en la columna de Trajano, que se levantó
conjuntamente con el Foro, donde fue colocada para
celebrar la victoria.
Aproximadamente al mismo tiempo, se integró sin lucha al imperio el
reino de los nabateos, convirtiéndose en provincia romana con el
nombre de Arabia Pétrea.
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El Imperio Romano en su máxima expansión (117,
al final del reinado de Trajano) |
Las guerras contra los Partos
En 113 Trajano empezó una guerra victoriosa contra los partos;
Armenia, Asiria y Mesopotamia fueron integradas en el Imperio. Éste
alcanzó con las conquistas su máxima extensión. Problemas logísticos,
rebeliones y una enfermedad seria de Trajano impidieron conquistas más
allá de estos límites. Murió en el viaje de vuelta de la campaña
parta, en Selinus, cerca del Mar Negro, el 8 de agosto de 117.
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El gobierno del Imperio
Sus prolongadas estancias en la guerra exterior no impidieron a
Trajano llevar a cabo una intensa política interior, motivo de
encendidos elogios en la historiografía romana. El ascenso al poder de
Trajano supuso para el senado la recuperación de la libertad perdida,
«un tiempo nuevo», dice Plinio. Con la colaboración de senado, donde
implantó el voto secreto, Trajano trazó un plan de regeneración moral
y política que tuvo consecuencias en la administración, la justicia y
la economía. Se preocupó especialmente de aumentar los recursos del
fisco, con el fin de llevar a cabo su política de construcciones y
mejoras de la infraestructura. Sería también el impulsor de un plan de
ayuda a los propietarios agrícolas consistente en la concesión de
crédito a bajo interés y cuya originalidad consistía en que los
intereses que se recaudaban se destinaban a la alimentación de los
niños de condición libre. Así, al tiempo favorecía el desarrollo de la
natalidad, que había caído hasta índices alarmantes.
Política
de construcciones
Por un lado, se preocupó de realizar aquellas construcciones
necesarias para facilitar la romanización y mejorar las condiciones de
vida de los ciudadanos: abrió caminos en tierras lejanas, creó nuevas
vías, construyó acueductos y puentes, entre los que destaca el que
hizo sobre el Danubio para facilitar la conquista de Dacia.
Por otro lado, levantó edificaciones que, además de contribuir a la
perpetuación de su memoria, buscaban el embellecimiento de la Urbe y,
un aumento en las posibilidades de diversión de los romanos; teatros,
circos, etc.
En el río Tíber se construyeron muelles y depósitos que "desatascaron"
el río y el próximo puerto de Ostia. Mandó construir un nuevo foro, en
donde se colocó la columna trajana. Construyó también un nuevo
acueducto que llevaba agua al Trastevere. Las termas sobre el
Esquilino fueron tras de sus obras públicas.
Trajano y los cristianos
En el 111 a Plinio el joven, gobernador de la Bitinia a orillas del
Mar Negro, en respuesta a una consulta realizada al Emperador se le
ordenaba prohibir las asociaciones de ciudadanos.
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Columna
de Trajano. |
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El otoño del 112. Bitinia estaba llena de cristianos. «Es una
muchedumbre de todas las edades, de todas las condiciones, esparcida
en las ciudades, en la aldeas y en el campo», escribe al
emperador.
Continúa diciendo haber recibido denuncias por parte de los
fabricantes de amuletos religiosos, estorbados por los Cristianos que
predicaban la inutilidad de semejantes baratijas. Había instituido una
especie de proceso para conocer bien los hechos, y había descubierto
que ellos tenían «la costumbre de reunirse en un día fijado, antes
de la salida del sol, de cantar un himno a Cristo como a un dios, de
comprometerse con juramento a no perpetrar crímenes, a no cometer ni
latrocinios ni pillajes ni adulterios, a no faltar a la palabra dada.
Ellos tienen también la costumbre de reunirse para tomar su comida
que, no obstante las habladurías, es comida ordinaria e innocua».
Los cristianos no habían dejado estas reuniones ni siquiera después
del edicto del gobernador que recalcaba la prohibición de las
asociaciones.
Prosiguiendo la carta (10, 96), Plinio refiere al emperador que en
todo esto no ve nada malo. Pero la repulsa a ofrecer incienso y vino
delante de las estatuas del emperador le parece un acto de escarnio
sacrílego. La obstinación de estos cristianos le parece
«irrazonable y necia».
De la carta de Plinio aparece claro que han cesado las acusaciones
absurdas de infanticidio ritual y de incesto. Quedan las de
«rehusarse a rendir culto al emperador» (por lo tanto, de lesa
majestad), y de constituir una etería (asociación)
El emperador responde: «Los cristianos no han de ser perseguidos
oficialmente. Si, en cambio, son denunciados y reconocidos culpables,
hay que condenarlos». Con otras palabras: Trajano anima a cerrar
un ojo sobre ellos: son una etería (asociación) innocua como
los barqueros del Sena y los vendedores de vino de Lión. Pero ya que
están practicando una «superstición irrazonable, tonta y fanática»
(según la juzga Plinio), y ya que continúan rehusando el culto al
emperador (y por consiguiente se consideran «ajenos» a la vida civil),
no se puede pasar todo por alto. Si son denunciados, se los ha de
condenar. Continúa luego (si bien en forma menos rígida) el «No es
lícito ser cristianos». Víctimas de este período son el obispo de
Jerusalén Simeón, crucificado a la edad de 120 años, e Ignacio obispo
de Antioquía, llevado a Roma como ciudadano romano, y allí
ajusticiado. La misma política hacia los cristianos es la empleada por
los emperadores Adriano (117-138) y Antonino Pío (138-161).
Bibliografía
-
Voz Trajano en wikipedia.org.
-
Las persecuciones cristianas en primeroscristianos.com
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