Dpto. Religión

4º ESO

Curso 2007/08

AÑO  680-681 /  CONCILIO III DE CONSTANTINOPLA: CONDENA DEL MONOTELISMO.

Miguel Martínez-Elósegui

                                                                                                                

El motelismo;   El III Concilio de ConstantinoplaLa doctrina de la IglesiaEl Papa San Martín;    Bibliografía.

El motelismo

El monotelismo fue una doctrina religiosa del siglo VII que admitía en Cristo dos naturalezas, la humana y la divina, y una única voluntad. El monotelismo trataba de ser una solución de compromiso entre la doctrina cristiana correcta y el monofisismo, que decía que en Cristo sólo había una naturaleza: la divina. El monotelismo, por lo tanto andaba a mitad del camino. La nueva fórmula decía así: En Cristo hay dos naturalezas, la divina y la humana, pero una sola voluntad. Ésta fórmula parecía también aceptable a los católicos, pues no podían éstos afirmar que en Cristo hubiera habido dos voluntades que lucharan entre sí. Por este motivo a esta herejía algunos la han denominado: herejía camaleónica, ya se camufla en la doctrina auténtica.

El iniciador fue Sergio, patriarca de Constantinopla (610-638), que propuso la doctrina que afirma haber una sola voluntad y operación en Cristo. Los monofisitas de Egipto, con su jefe Ciro, patriarca de Alejandría, junto con los monofisistas de Armenia, la aceptaron. Inmediatamente, San Sofronio, obispo de Jerusalén, denunció la herejía con una carta dirigida al Papa Honorio (año 634). Pero Sergio consiguió ganarse al Papa para su causa y, envalentonado con este apoyo hizo que se publicara por el emperador Heraclio, una profesión de fe de tendencia monotelista (638). Contra ésta profesión de fe se levantaron protestas en Occidente y en Oriente, de modo que el sucesor de Heraclio, fue obligado en el año 648 a retirar la profesión de fe y sustituirla con un nuevo decreto, el Tipo, con el que se imponía y se obligaba al silencio en torno a la cuestión de la única o doble voluntad de Cristo, pero no se aclaraba la cuestión.

El papa Martín I, en el año. 649, convoca el Concilio de Letrán, en el que se condena el monotelismo.  El Emperador no se conforma con esta doctrina y en el año 653 el Papa es conducido a la fuerza a Constantinopla por el Empnerador, donde se le trata con dureza. Finalmente, es desterrado a Crimea, muriendo ese mismo año. Parecida suerte corren S. Máximo y sus discípulos.

 

El III Concilio de Constantinopla

La controversia monotelita perduró varias décadas. Durante los años 654-678, los Emperadores presionan a los Papas sin conseguir su adhesión a la herejía. Habiendo subido al trono Constantino IV Pogonato, el papa Agatón, celebra el  III Concilio de Constantinopla (sexto ecuménico) cuyas sesiones duraron desde noviembre del 680 a septiembre del 681. El Concilio condena el monotelismo y define que en Cristo han de reconocerse «dos voluntades naturales y dos naturales modos de actuar, indivisos, incambiables, inseparables, inmezclables»,

Siguiendo la costumbre de estos concilios ecuménicos, se examinó detenidamente la conducta de los principales personajes que hablan intervenido en toda la contienda y se siguió a cada uno de ellos un verdadero proceso, que a su vez se transformó en examen critico sobre la autenticidad e integridad de los textos aducidos.

EI Papa Honorio estaba mal preparado para tratar la difícil cuestión cristológica del monotelismo y se dejó atrapar por las argucias bizantinas del patriarca Sergio

Luego se presentaron los textos pontificios, particularmente la última epístola del entonces Papa, Agatón (678-681), que declaraba la doctrina de las dos voluntades y dos operaciones en Cristo 

Sobre al Papa Honorio, que no había sido claro en la defensa de la doctrina correcta, el Papa León II dice que «el cual no extinguió como era conveniente a su autoridad apostólica la incipiente llama de la doctrina herética, sino que la favoreció con su negligencia». Es decir, al Papa Honorio so se le condenó como hereje -cosa que no había sido-, sino como negligente en la defensa de la fe.

 

Doctrina de la Iglesia. Se encuentra definido como dogma de fe que en Cristo existen dos naturalezas -divina y humana-, dos voluntades y dos actividades volitivas. Las principales intervenciones del Magisterio sobre este tema son: el Concilio de Letrán del año 649, el Concilio. Romano del año 680 y el  III de Constantinopla (VI Concilio Euménico). He aquí la definición del Concilio de Constantinopla: «Predicamos igualmente en Él dos voluntades naturales o quereres, y dos operaciones naturales, sin división, sin conmutación, sin separación, sin confusión, según la enseñanza de los Padres; y dos voluntades, no contrarias -¡Dios nos libre! ...- sino que su voluntad humana sigue a su voluntad divina y omnipotente, sin oponérsele ni combatirla, antes bien, enteramente sometida a ella... Porque de igual forma que su carne animada... no por estar divinizada quedó suprimida..., así tampoco su voluntad quedó suprimida por estar divinizada... Glorificamos también dos operaciones naturales sin división, sin conmutación, sin separación, sin confusión... esto es una operación divina y otra operación humana... Porque no vamos, ciertamente, a admitir una misma operación natural de Dios y de la criatura para no levantar lo creado hasta la divina sustancia ni rebajar tampoco la excelencia de la divina naturaleza al puesto que le conviene a las criaturas»

San Martín

El Papa San Martín

San Martín nació en Todi, Italia, y se distinguió entre los sacerdotes de Roma por su santidad y su sabiduría. Fue elegido Papa el año 649 y poco después convocó a un Concilio o reunión de todos los obispos, para condenar la herejía de los que decían que Jesucristo no había tenido voluntad humana, sino solamente voluntad divina.

Como el emperador de Constantinopla Constante II era hereje monotelista, envió a un batallón militar para darle muerte. Sin embargo, el agravio contra el Pontífice fue infructuoso provocando la cólera del emperador. Éste mandó otro batallón, y aprovechando la enfermedad del Papa, los militares lo hicieron prisionero y lo trasladaron a Constantinopla, en tormentísimo viaje, en el cual el Papa soportó pacientemente durante 14 meses los abusos y malos tratos de sus captores.

Al llegar a Constantinopla, el Emperador lo expuso en público para que el pueblo lo humillara y lo insultara. Un tribunal de herejes lo condenó sin permitirle que dijera una palabra en su defensa, encerrándolo en el calabozo por tres meses. Por petición del Patriarca de Constantinopla, el Papa logró ser desterrado en el desierto donde pasó mas tormentos y sufrimientos, que no le impidieron continuar rezando a Dios por sus feligreses y enemigos.

Falleció en el año 656, siendo declarado santo en Constantinopla.

 

Bibliografía

Gran Enciclopedia Rialp

Hertling, Ludwig; Historia de la Iglesia

Orlandis, José; Historia de la Iglesia

Kairos. Religión Católica. 4º ESO. Ed. Casals