Dpto. Religión

4º ESO

Curso 2007/08

Años 858-867/  PONTIFICADO DE NICOLÁS I

Javier Goena

                                                                                                                

 

Introducción  -  Relación con los obisposProblemas con Lotario  -  Cisma Fociano   -  Dejar las ideas claras - Bibliografía

 

Introducción

Nació en el año 820 y murió en el año 867. Fue el sucesor de Benedicto III y fue Papa desde el año 858 hasta el 867. Recibe el apelativo de “el Grande” por oponerse al aumento del poder de los obispos y por estar en contra de que los emperadores de Oriente se entrometieran en los asuntos de la Iglesia. Además, declaró ilegal la elección de Focio como patriarca de Constantinopla (año 863) Hombre profundamente piadoso, culto y caritativo, su vida pontifical está jalonada de amargos sucesos.

S. Nicolas I

Relación con los obispos

El arzobispo Juan de Rávena vejó en su pontificado, con su absolutismo y orgullo, a la Santa Sede, causándole serios perjuicios en su economía, deponiendo sin razón a los clérigos e impidiendo la sumisión de sus súbditos al Papa. Nicolás I le amonestó, le citó en un concilio (al que el arzobispo se negó a comparecer) y por último le excomulgó, pero al fin aquél se arrepintió y consiguió la absolución de la censura, prometiendo visitar todos los años la Sede de Pedro.

La deposición decretada por el arzobispo Hinemaro de Reims contra el obispo Rotado de Soissons, al que Nicolás I rehabilitó luego en su sede, puso de relieve la protección que Roma dispensó a los obispos sufragáneos contra las injerencias jurisdiccionales de los metropolitanos. Contribuyó sin duda Nicolás I a reforzar el centralismo de la Iglesia, cuyo movimiento había comenzado antes de su Pontificado.

Problemas con Lotario

Otro incidente de este pontificado fue la lucha con Lotario II de Lorena, hermano del emperador Luis y tercer hijo de Lotario I, que se había separado de su legítima esposa, Teuberga, uniéndose a Waldrada. Era en momentos como estos en los que se veía la firmeza y valentía de NicolásI. A su instancia reunió el Papa un sínodo episcopal en Metz para tratar este asunto, pero, corrompida por Lotario, la asamblea aprobó la unión ilegítima de éste (865). Nicolás I anuló el fallo y depuso a los prelados cómplices de Waldrada. El Papa por medio de un legado hizo al rey despedir a la concubina y reconocer la legitimidad de Teuberga.

Corte de Miguel III

Cisma Fociano

Enemistado el Patriarca de Constantinopla Ignacio con el emperador Miguel III fue aquél desterrado a Terebinto. La sede constantinopolitana fue ocupada por Focio, que no era sacerdote y que recibió casi de golpe todas las órdenes sagradas de manos del arzobispo de Siracusa. El Emperador y Focio trataron de consolidar su postura en Roma, presentando como renuncia el despojo de Ignacio de su sede, y acusándolo a su vez de herejía. En 860 Nicolás I envió a Constantinopla, a fin de conocer el verdadero fundamento de los hechos, a dos legados, que, lejos de Roma, se corrompieron accediendo a las pretensiones de Focio. Éste convocó un sínodo, al que asistió el Emperador, y en el que Ignacio fue condenado. Nicolás I no se dejó engañar de las artimañas del usurpador, y descubriendo la doblez de su actitud a través de las cartas que éste dirigió a la Santa Sede, convocó en Roma un concilio en que privó a Focio de su dignidad, depuso a los legados y degradó a Gregorio Asbesta, declarando a Ignacio como legítimo Patriarca.

 Supo Nicolás I atraerse a los búlgaros y a su rey Bogoris, que se había hecho bautizar por sacerdotes de Focio; les dio unos sabios «Responsa» a consultas diversas del rey, en los que pone de relieve su poder primarial sobre los obispos, recomienda la caridad con los débiles y prohíbe el bautismo forzado. Por los búlgaros supo el Papa la connivencia de Focio y el emperador occidental Luis II de Italia (hijo de Lotario I) y, sin dejar su actividad en pro de la unión, informó al Occidente de los errores jurisdiccionales y dogmáticos de Oriente.

 Todo esto provocó que Focio, apoyado por el emperador Miguel III excomulgara al Papa, aprovechando además para rechazar la inclusión de la cuestión del filioque en el credo. Por suerte todo se arregló con la muerte de Nicolás I y Miguel III y la recuperación del patriarcado por parte de Ignacio. Pero estos hechos quedaron ahí grabados y provocaron que en 1045 resurgiesen y provocasen el cisma definitivo.

Dejar las ideas claras

Además de todo lo anterior hizo otras cosas muy importantes. Él decía que el papa está directamente puesto por Dios como administrador de la obra de la redención para toda la Iglesia. Puede hacer venir a su presencia a cualquier clérigo de cualquier diócesis. Él juzga a todos, pero no puede ser juzgado por nadie, ni por el emperador. También intenta dejar bien claro que el papa está por encima de los obispos y que éstos tienen que obedecerle. Defendía que la Iglesia existe con plena independencia del poder político y civil

     Nicolás I protegió a los pobres y menesterosos, restauró las murallas de Ostia y construyó el pórtico de S. María in Cosmedim. Murió en 867. Fue canonizado en 1630 por Urbano VIII.

 Bibliografía

Enciclopedia GER

Wikipedia