Dpto. de Religión

ERAIN Ikastetxea

LOS MÁRTIRES HOY

Iñigo Carasa

1º Bachillerato

 

Concepto Valor del martirio Culto a los mártires Siglo XX Bibliografía

La palabra griega mártys significa testigo. El mártir es el que se ofrece a testificar en favor de su Dios ante los infieles, ante los descreídos. El pago que recibe por ello: la muerte, precedida generalmente de la tortura. Por eso nuestro verbo martirizar es sinónimo de torturar. Nuestra lengua ha olvidado la sustancia del martirio, el testimonio de la fe, y se ha quedado en sus efectos colaterales: la tortura y la muerte. 

Los verbos griegos martyréo y martyréomai siguen en la misma línea. El primero significa dar testimonio, atestiguar, testificar, ser testigo; y el segundo, en voz media, significa pedir uno el testimonio de alguien en su favor, invocar el testimonio de alguien, tomar a alguien por testigo. No existe en el griego clásico ninguna acepción de estos términos que permita usarlos con el valor de martirio. Eso significa que fueron introducidos en el léxico cristiano con el valor que tenían en griego, exclusivamente el de testimonio. Y así los entendió siempre la iglesia griega. Por supuesto que el de los mártires era también en ésta el testimonio de fe más inequívoco y definitivo. 

Fue el hecho de que durante los tres primeros siglos del cristianismo los “testigos” que merecieron culto y renombre sufrieron prácticamente todos ellos el martirio, es decir la tortura y la muerte; y el hecho de haber adoptado la iglesia romana para designarlos la denominación griega mártys, lo que determinó que se decantase el significado de mártir hacia el martirio, y se hiciese necesario crear la categoría latina de confesor para los “testigos” no martirizados. 

El santoral cristiano, llamado originalmente martirologio, establece un número limitado de categorías, entre las que destacan sin ninguna duda la de mártir y a mucha distancia la de “confesor”. Y sorprende que a pesar de que la historia ha limitado las oportunidades del martirio a períodos muy breves, siga siendo ésta la categoría más abundante. Eso pone de manifiesto la indiscutible supremacía que ha tenido el martirio en la cristiandad como el camino más seguro para entrar en el Reino de los cielos. La razón de esa decidida adopción del martirio como puerta mayor del paraíso, no se debe únicamente al hecho de que objetivamente sea indiscutible que quien ha muerto a causa de su fe, acredita de forma inequívoca su adhesión firme a esa fe; sino también al hecho de que no sólo en las causas religiosas, sino en cualesquiera otras, el número de mártires pesa en la opinión del mundo como argumento indiscutible de la bondad, o cuanto menos de la legitimidad de la doctrina y de la causa.