| Eugenio Pacelli,
así se llamaba el que en un futuro pasaría a ser
PíoXII entrando a formar parte de la historia de los Papas. Nace
en 1876 en Italia y muere en 1958. En 1939, sucede al anterior Papa PíoXI
(Achillle Ratti), para ejercer de Sumo Pontífice hasta el último día
de su vida. Su antecesor ya tuvo la ocasión de tratar con él en alguna
que otra memorable fecha para el grato recuerdo de Eugenio como es el
caso del nombramiento de éste como secretario de Estado por Pío
XI en 1930
Hasta esa fecha Pacelli ya había demostrado sus grandes dotes de diplomático, intentando evitar la guerra y fomentando la idea de una paz cristiana que se ve reflejada en las numerosas cartas y encíclicas que él mismo escribió siendo Papa. Además organizó importantes obras de auxilio para aliviar, dentro de lo que cabía, las miserias de la postguerra. |
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| Influenciado por las necesidades de esta vida
moderna se vio obligado a introducir ciertas modificaciones en la Liturgia. Su Pontificado,
a partir sobre todo de 1945, estuvo repleto de hechos
históricos; los más relevantes fueron: - La polémica proclamación en el consistorio de 1946 de un gran número de cardenales; así que en el Colegio Cardenalicio desaparecieron la tradicional mayoría de cardenales italianos. - También supo con gran valentía condenar absolutamente cualquier tipo de ideología comunista de aquella época. Esta condena fue en 1949. Las polémicas no eran sus aliadas ya que mientras los judíos eran sometidos por los alemanes, él no paraba de condenar el Nazismo, sin levantar mucho la voz, y de forma indirecta hacía todo lo posible para establecer unas redes de salvamento que los mismos apreciaban. Esto está claro, si condenaba rotundamente el Nazismo a la “palestra” podría verse en un futuro, él y todos los cristianos perseguidos por los alemanes nazis. Pero en el fondo Eugenio rezaba y se sacrificaba por la liberación de los judíos y por su bien en términos generales. Muchos fueron los cristianos además que colaboraron e hicieron todo cuanto pudieron por esa raza. Dejando de lado a los alemanes es en 1950 cuando ejerce la proclamación del dogma de la Asunción. Dentro de su numerosa e interesante bibliografía compuesta básicamente por cartas y encíclicas resaltan las siguientes: En 1943 escribe “Mystici Corporis Christi”, más tarde en 1947 “Mediator Dei”y por último entre 1943-1950 escribe dos encíclicas muy importantes que son “Divino afflante Spiritu” y “Humani Generis”.
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