TRABAJO DE RELIGIÓN

1º Bachillerato

PÍO XII Y LOS JUDÍOS

Alumnos Introducción Marco histórico Biografía Mitos y leyendas
Redes de salvamento Opinión judía acerca de Pío XII Bibliografía

REDES DE SALVAMENTO

El Papa Pío XII estuvo muy implicado a lo largo de su vida con la paz y la diplomacia, sobre todo intentando crear en el mundo una paz cristiana. Por ese mismo motivo el Nazismo no fue un tema que se le pasara por alto. Aunque se formara una cierta polémica él estuvo muy implicado y comprometido con este problema proporcionando a los Judíos indirectamente, (por supuesto, si los nazis se llegaban a enterar de las ayudas directas del Papa a los Judíos irían a por los cristianos, el Papa  a parte de dejarse llevar por sus sentimientos cristianos también era cauto y ciertamente sensato) las mayores ayudas posibles. 

Pero sin embargo, aunque esta parezca la postura que más probablemente tomara, mediante una brillante entrevista a un historiador judío, demostramos que el silencio tampoco fue completo y que los judíos no han tenido más salvador en su historia, que Eugenio.

Testimonio de un historiador judío

Según el famoso historiador judío David Dalin, ha manifestado en una entrevista, que Pío XII salvó a miles de judíos mientras fue Romano Pontífice. Así mismo, el Papa nunca calló ante la barbarie nazi.

Héroes de la red de salvamento

Al menos 800 judíos fueron salvados de la persecución nazi entre los años 1943 y 1944 en las ciudades italianas de Livorno, Lucca y Pisa, por la movilización pedida por el Papa Pío XII entre los diferentes componentes de la Iglesia católica, según revelan nuevos hallazgos históricos.

La red de asistencia estaba compuesta por Sacerdotes Oblatos de Lucca, por el arzobispo de Génova, por frailes franciscanos, por religiosas de clausura, y por políticos católicos. En esa extensa "Red de Salvamento" intervinieron muchísimos católicos que, junto a otras personas, arriesgaron sus vidas para salvar a muchos jusdíos de la barabarie nazi.

Algunos pocos ejemplos

Gino Bartali (“El monje volador”), como su pseudónimo indica, era un auténtico ciclista de élite y por otro lado un consumado católico que a órdenes del Papa, con esfuerzo conseguía pasar documentos importantes y secretos para la tramitación de los judíos, ¿el momento? Sus entrenamientos eran buen momento para trasladarlos por delante de los mismísimos soldados. El consejo municipal de Florencia ha establecido un «Jardín de los justos del mundo», árboles que conmemoran a hombres que se entregaron para salvar vidas; el primero fue plantado en honor de Gino Bartali.

Giovanni Palatucci, responsable de la Oficina de Extranjeros y luego jefe de policía en Fiume (norte de Italia), de 1938 a 1944, salvó la vida a cerca de cinco mil judíos, destinados a los campos  de exterminio. Murió en Dachau el 10 de febrero de 1945, en el lugar donde quizá hubieran acabado muchos de los que se beneficiaron de su ayuda. Una ayuda que resultó fatal para él mismo cuando fue descubierto.

Madre Giuseppina Lavizzari vivió junto a la comunidad la tragedia de la Segunda Guerra Mundial, un período en el que acogió entre los muros del monasterio -donde ya habían encontrado refugio otros desplazados- a cuatro mujeres y dos niñas judías, miembros de una misma familia que habían llegado a Ghiffa huyendo de las persecuciones raciales. Ha sido distinguida con el más alto reconocimiento que confiere el pueblo de Israel a quienes ayudaron a salvar la vida de judíos durante el Holocausto.

El Cardenal Joseph Höffner  también participó en estas redes de salvamento en las que escondían a cuantos judíos podían.

A Irena Sendler, católica polaca la llamaban «el ángel del gueto de Varsovia» y salvó a 2.500 niños de la persecución nazi, una actividad que le costó torturas y la condena a muerte, de la que finalmente pudo escapar.

Madre Maria Xavier Marteau, religiosa de la Orden de las Ursulinas, que estuvo en Roma en los años de la ocupación nazi (1943-1944) en la Casa generalicia de su congregación, salvó la vida de un centenar de judíos durante la ocupación nazi de Roma.

Hermana Lignone Colette, Superiora general de las Ursulinas de la Unión Romana, ha recibió  el reconocimiento «Justo entre las Naciones» asignado a la memoria de Maria Xavier Marteau (1870-1962). Se trata del mayor reconocimiento otorgado por el Estado de Israel a ciudadanos no judíos. Se entrega a quienes, arriesgando la propia vida y sin recibir nada a cambio, salvaron a uno o a más judíos de la persecución.